Entrevista Periódico La Opinión, ciudad Cúcuta, sobre lanzamiento de la obra literaria "El Silencio de mis fantasmas" :
Nelly Murillo Rodríguez es la autora de la novela ‘El silencio de mis fantasmas’.
La cucuteña Nelly Murillo Rodríguez, contadora pública dejó a un lado la exactitud de su profesión para dedicarse a lo que mueve su esencia: la humanística.
Manifestó anoche en la Biblioteca pública Julio Pérez Ferrero que se aventuró a la escritura para narrar una problemática afín a toda Colombia: la violencia intrafamiliar.
Las 306 páginas de la novela revelan que las mujeres llegan al punto de acostumbrarse a los golpes, por temor a exponer su situación en la sociedad.
Señaló que decidió lanzarla en el marco del Día Internacional de la Mujer, para que se convierta en una herramienta de reflexión y de análisis para los habitantes de Cúcuta y de la frontera.
Contó los detalles de años de investigación con la Fundación para el Desarrollo Comunitario (Fundeco), desde la que ha liderado programas de prevención para mitigar la violencia intrafamiliar.
¿Por qué dejó de contar números?
Porque los números son desagradecidos. En vez de sumar y de restar prefiero llevar a las familias un mensaje de optimismo y asesorarlas para que vivan felices y pensando en progresar.
¿Qué la hizo emigrar?
Conocer tantos casos de mujeres maltratadas viviendo en el silencio. La mujer es el pilar del hogar y lo ideal es enseñarles pautas de crianza efectivas para evitar la violencia intrafamiliar.
¿Por qué utilizar la ficción para tratar un tema tan sensible?
Es la mejor forma de contarle a la gente lo que pasa de verdad. La ficción sirve para atraer al lector, pese a ello, las historias son tan reales que incitan a detenerse para reflexionar. Hay que dejar a un lado la pesadez del tema y leer algo atractivo.
¿Por qué ‘El silencio de los fantasmas’?
Los gritos, golpes y agresiones de todo tipo terminan convirtiéndose en los mejores amigos de las mujeres maltratadas. Son fantasmas de tristeza, maltrato e intolerancia. El lector debe descifrar si son fantasmas reales o si solo viven en la mente de Shati, la protagonista de la novela.
¿Cuál es la trama de la historia?
Es la historia de una mujer que es golpeada brutalmente en el hogar por sus padres. En la adolescencia, insegura e inhibida, termina por formar su propio hogar y hace lo mismo con sus hijos. Así, queda claro que cuando alguien es maltratado también maltrata y se forma una cadena que va de generación en generación.
¿Qué hay detrás de la redacción de la novela?
Tres años de duras jornadas de investigación recopilando información y conociendo la realidad de este fenómeno en Cúcuta. Estando en ese proceso me nombraron en la Secretaría de la Mujer de Cúcuta y el proyecto quedó quieto. Luego lo desempolvé, lo pulí y se definieron los detalles para la impresión.
¿Por su experiencia cuáles son los casos más frecuentes en Cúcuta?
Los que más conocí fueron en los que el esposo llegaba a la casa y maltrataba a golpes y con palabras soeces a la pareja. Luego el marido se iba al trabajo y la mujer quedaba ardida en la casa. Cuando llegaban los hijos, no podían preguntarle nada a la mamá porque desataba la rabia con ellos, seres indefensos que nada de culpa tenían.
¿Defina violencia intrafamiliar?
El mayor flagelo de Colombia.
¿Los casos más dramáticos?
Para nadie es un secreto las muertes de niños a manos de sus padres. Tal era la ira que no controlan sus emociones y de la golpiza terminan los niños en clínicas y hospitales. Muchos no sobreviven a esas arremetidas y con arrepentimiento no se soluciona nada.
¿Cuáles son las zonas de Cúcuta más violentas?
Sigue siendo la ciudadela Juan Atalaya la que más casos aporta a las estadísticas de la ciudad. En la ciudadela La Libertad el fenómeno ha disminuido.
¿En su concepto cuál es la solución?
Que las instituciones entiendan que esto no se soluciona con charlas para grupos numerosos. Hay que ir al foco del problema, a los hogares. Hay que implementar un programa que permita conocer la realidad de las familias y estimule la autoestima. Además, hay que formar a los niños y darles a los padres pautas de crianza, esa es la única forma de ponerle una barrera a esa cadena.
¿Cuáles son las pautas de crianza?
Aprender a manejar los problemas del hogar no es fácil. Sin embargo, la primordial es aprender a controlar las emociones y a dejar de actuar con rabia. Con los hijos hay que tener una combinación de rigidez y amor, donde hay amor todo se puede, es la manifestación más hermosa que tiene un ser humano.
¿Qué han hecho desde la fundación que preside?
Ir a los barrios más propensos a estos fenómenos. Para este año tenemos un programa en el que por medio de trabajadores sociales se darán charlas personalizadas a las familias sobre superación personal y organización de empresas. Una de las causas por las que se genera la violencia intrafamiliar es la carencia de estabilidad económica. Buscamos que vean la vida de otra manera y pensando siempre en positivo.
¿Cómo se ve en el futuro?
Trabajando desde la fundación por la paz y la reconciliación de las familias cucuteñas y nortesantandereanas. Sin lugar a dudas, el trabajo permitirá consolidar una base de datos realista de lo que pasa en Cúcuta y con esa información se podrán delinear estrategias que ataquen directamente las causas que originan los golpes y toda manifestación de maltrato.
